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Desinformación y violencia de género: Una amenaza online con efectos offline

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El 7 de noviembre pasado, se llevó a cabo la 17ª edición del Foro de Gobernanza de Internet de América Latina y el Caribe, LACIGF. En una de sus sesiones se abordó el impacto de la “Humillación, desprestigio y silenciamiento – la desinformación como violencia de género: perspectivas y estrategias de abordaje desde América Latina”, sobre las repercusiones que tiene la desinformación cuando se usa para desprestigiar a mujeres que participan del debate público.

El panel contó con la participación de Mariana Valente, profesora de la Universidad de St. Gallen; Laura Martínez, encargada de alianzas de Fundación Multitudes; Lucía León, directora de Investigación e Incidencia de Hiperderecho; Paula Martins investigadora de la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones (APC); y Romina Garrido, directora de Fundación Multitudes.

Principales resultados del estudio

Laura Martínez, de Fundación Multitudes, fue la encargada de presentar los resultados de la investigación  “Violencia de género en línea contra mujeres defensoras del medio ambiente y los derechos humanos en América Latina: Los casos de Ecuador, Perú y Colombia”. A través de su análisis, se determinó que la violencia online no es un fenómeno aislado, estos ataques representan una forma de agresión contra las causas que las activistas representan y que operan en el contexto de una serie de ataques offline. Por lo tanto, las redes sociales se transforman en una extensión de la violencia fuera de internet.

Otra de las conclusiones del estudio es que  los ataques se vuelven más intensos y reiterativos cuando las defensoras medioambientales ganan prominencia en la esfera pública. Por ejemplo, en actos de campaña, hablando ante el parlamento, en conferencias de prensa o entrevistas. Por otra parte, las mujeres participantes de la investigación, advirtieron de la importancia que el Estado garantice un entorno digital  seguro, ya que las plataformas sociales le dan a las activistas la oportunidad de establecer contactos con otras organizaciones, crear redes y aumentar el conocimiento de su causa. 

Tipos de ataques

El documento profundizó además en las formas en que se trata de minar a las activistas y defensoras. Estas tienen que ver con tres formas de manejo de la información. La primera es la desinformación (disinformation), donde se difunde contenido falso o inexacto con el propósito de engañar y/o confundir al receptor.

También existen la mala información (malinformation) y la información errónea (misinformation), donde se comparte información genuina con la intención de causar daño y se distribuye contenido que puede ser inexacto, incierto, vago o ambiguo sin objetivos maliciosos, respectivamente.

En cuanto a cómo se configuran los ataques, en este caso se centran en su identidad, expresión de género, comportamiento sexual, y apariencia física. En los casos en que se refieren a la causa que defienden, se centran en infantilizar a las mujeres activistas. Las formas en que se ejecutan estos ataques se centran en el doxxing (exposición de datos personales), acoso sexual online y el hackeo de cuentas y dispositivos.

Las consecuencias que estas mujeres enfrentan al retirarse de los espacios online son el sentimiento de aislamiento, temor, culpa y desamparo. Incluso, coincidieron en abandonar sus causas por el hostigamiento digital.

Casos en Chile

Pero esto no sólo ocurre en la región. En nuestro país, mujeres defensoras del medioambiente se han enfrentado a las mismas situaciones que describe el informe de Fundación Multitudes. En el reporte de la ONG Defensoría Ambiental “¡No lo dejemos pasar! Vulneraciones de Derechos contra defensoras/es de Derechos Humanos ambientales en el Ciberespacio”, se recogen los casos de las y los activistas medioambientales que han sufrido de acoso por su labor.

Lorena Donaire, defensora medioambiental del agua en La Ligua e integrante de Mujeres Modatima, cuenta que la Mesa Regional del Agua recibió correos que la atacaban con el fin de desprestigiarla. Además, también aparecían publicaciones en Facebook desde cuentas falsas para desacreditar a la organización. Del mismo modo, cuando su hija se acercó al activismo, los ataques vía redes sociales que la joven recibió llevaron a que se retirara de esa plataforma social.

Katta Alarcón, fundadora de Mujeres en Zona de Sacrificio en Resistencia Quintero y Puchuncaví (Muzosare), comentó en el informe que fueron blanco constante de amenazas en Facebook, la red social que más utilizan para comunicarse con sus seguidores y seguidoras, y organizaciones afines. Cuando publican algo en contra de las empresas contaminantes, las atacan usando sus perfiles personales, donde se puede apreciar que son trabajadores de las empresas del Complejo Industrial Ventanas o localidades cercanas.

Antonia, nombre ficticio consignado en el informe, decidió crear un documental que evidenciara lo que ocurre en materia ambiental a lo largo del país. Para difundirlo, creó una cuenta en Instagram donde levantó una comunidad interesada en estos temas. Sin embargo, observó comentarios en contra de su trabajo y los eliminó. Al día siguiente le deshabilitaron la cuenta y tras varios intentos pudo reingresar, pero al hacerlo descubrió que tenía una solicitud de mensaje privado amenazante.

“Tú estás todo el día trabajando en el territorio, entonces es muy poco lo que puedes estar en las redes sociales comentando”, reflexiona Lorena Donaire. Y cuenta que han decidido no denunciar ante la justicia, pues esos procesos cuestan tiempo y resultan desgastantes. Además, hacerlo significa “darle más atención a una problemática de la cual nunca quisimos ser parte”.

Como recomendaciones, el informe propone la creación de una defensoría ambiental pública con financiamiento estatal. Asimismo, sugiere medidas de protección para las defensoras tanto en contexto presencial y virtual. Y, en caso de sufrir vulneraciones, entregar apoyo psicológico, en especial a sus familias, entre otras medidas. 

Si quieres saber más sobre desinformación y nuevas narrativas para enfrentar la violencia digital de género, descarga nuestra guía Informar en un SuperPoder.

*Por María José Vargas, periodista de Corporación Humanas