Para la profesora de educación física, Lorena Donaire, que destaca por su activismo en torno al derecho al agua y los derechos humanos en La Ligua, ser activista es “una necesidad incorporada en mí”. Y si bien empezó su camino bajo el alero de la iglesia a los 14 años, pronto su camino la llevó a luchar por zonas con una crisis hídrica de gravedad, causada por el monocultivo de paltas.
Además, Donaire fue parte del Movimiento de Defensa por el Acceso al Agua, la Tierra y la Protección del Medioambiente (MODATIMA) e integrante de su mesa nacional hasta 2022. Allí, Lorena fundó la rama «Mujeres Modatima», y este año participó en las elecciones 2024, postulando a la alcaldía de La Ligua, obteniendo 1.581 votos.
Como defensora medioambiental, Lorena ha tenido que enfrentarse a amenazas, acoso y violencia. La expresión más grave de esto ocurrió el 13 de junio de 2022, cuando le incendiaron su casa. Tras este gravísimo ataque, disminuyó parcialmente sus actividades, para luego reincorporarse con más fuerza.
¿Cómo llegaste al activismo?
Empecé a los 14 años, con jóvenes solidarios que hacían actividades para la población más vulnerable. Trabajé mucho en la iglesia, incluso estuve misionando, porque era una necesidad que venía incorporada en mi. Me metí a eso porque en el contexto de dictadura no había muchos lugares dónde activarse. De ahí en adelante, hice un camino buscando espacios, más que liderarlos, de apoyo, de comunidades, de colectividades. Cuando comienza el retorno a la democracia, era evidente que yo iba a ser parte de aquello, pero no militaba, porque no conectaba con los partidos, pero sí mi ideología era de izquierda, ligada al tema de las mujeres. También hice un camino de activismo ambiental porque la familia de mi padre es de vocación agrícola campesina. Veía a mis tíos, adultos mayores, que estaban en esta lucha, y obviamente me involucré. Me metí de lleno porque empecé a ver otras cosas, comencé a ver que esta falta de equidad afectaba más a las mujeres. Levantar estas luchas de recuperación del agua desde la perspectiva de las mujeres fue un proceso maravilloso, de un crecimiento no sólo político o ideológico, si no de un entender el territorio y las violencias que vivíamos todos los días.
Lorena, has incursionado en la política, ¿con qué te quedas de esa experiencia?
Fue muy complejo, a mi me dieron en el suelo. Nosotros nunca hemos tenido una alcaldesa, por ejemplo. Solo una de derecha, en Papudo. En toda la provincia nunca hemos tenido una mujer de izquierda liderando una comuna. Entonces el proceso fue super duro y yo muchas veces me quise bajar de la candidatura, pero lo bonito, lo que logró sostenerme, fue que éramos mujeres levantando esta campaña, nos sostuvimos entre todas. Hubo mucha sororidad y mucho apañe. Pero me dijeron mil cosas, drogadicta, alcohólica, lesbiana, que no le encontraba nada de malo, pero acá era pecado, y que corría desnuda por las calles de La Ligua con un montón de lesbianas detrás. Cosas muy ridículas, pero que quedaron en el inconsciente de la gente. Pero lo que más nos golpeó es que eso salía de hombres de izquierda.
¿Qué planes a futuro tienes?
Primero, no voy a ocultar más mi feminismo, soy feminista y no lo pienso negar, porque acá nos cuidábamos mucho, porque somos muy demonizadas, pero ya no. Se acabó. Al que le incomode, qué pena. Hoy tenemos una fuerza distinta: somos feministas y vamos a hacer la pega, como lo que somos. Además, tengo trabajos pendientes, estoy impulsando la restauración ecológica, para que vuelva el ciclo del agua a nuestra provincia, y ahora lo haremos con más fuerza junto a las mujeres. De ahí, el que nace chicharra muere cantando, van a ir emergiendo nuevas cosas y nuevas ideas.
*Por María José Vargas, periodista de Corporación Humanas