“Esta dura cotidianeidad no nos debe hacer olvidar que estamos suspendidos entre dos tiempos, el pasado, que queremos dejar atrás, y un futuro cuyos horizontes delineamos en torno a la justicia, la democracia y la paridad, y a un nosotros que incluya a todos los seres vivos y a la naturaleza. Sabemos que las múltiples injusticias y los problemas son complejos. La extrema centralización del país, el excesivo poder del presidente, los obstáculos a la expresión y representación de la ciudadanía, la privatización de los bienes públicos, las desigualdades de género y étnicas, comprometen poderes e intereses que se han materializado en una arquitectura institucional y normativa que asegura las bases de su reproducción y opone una fuerte resistencia al cambio Y es en este contexto donde las mujeres candidatas a la constituyente, deben desplegar sus campañas que las proyectan a nuevos espacios públicos, donde deberán abordar este conjunto de problemas desde una perspectiva feminista”.