En estos momentos de incertidumbre y de mayor conciencia sobre el alto grado de contingencia del curso de los hechos sociales, se unen contradictoriamente la vivencia de un tiempo lento y de respuestas tardías frente a los acelerados y sucesivos desafíos sanitarios, sociales y económicos que plantean cada día las consecuencias de la pandemia. El enfrentamiento a las distintas dimensiones de la pandemia que se han ido desenvolviendo como capas de cebolla han puesto de manifiesto distintas interpretaciones de la realidad social y la sociedad que se quiere construir, develando los intereses particulares y colectivos tras las decisiones y soluciones propuestas. Pero también y fundamentalmente se desnudan las limitaciones de los marcos institucionales definidos de la actual Constitución, los mismos que cristalizan una determinada concepción de sociedad y Estado.